Una sola pasta con figura
de hombre puede resultar tan imperfecta, después de todos los
procesos de elaboración, que resulte difícil ver lo que pretende
ser. Pero después de haber visto veinte o treinta pastas de ese
tipo, que pueden ser más o menos perfectas, sabré con mucha
certeza como es el molde, incluso aunque nunca lo haya visto. Ni
siquiera es seguro que conviniera ver el propio molde con los
ojos, pues no podemos fiarnos siempre de nuestros sentidos. La
propia facultad visual puede variar de una persona a otra. Sin
embargo, podemos fiarnos de lo que nos dice la razón, porque la
razón es la misma para todas las personas.
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